01 March 2011

Louis Wain.

Son indescifrables y misteriosos, caminan sigilosamente por las paginas de los mejores libros en la historia de la literatura.  Personajes siniestros como El gato negro de Edgar Allan Poe, increíbles, como el que imagino Lewis Carroll o con sobredosis de personalidad como El gato con botas.  Envidio su la calma, su indiscutible elegancia e independencia.
No quiero dejar de lado la animación y mininos como Azrael, Tom, Garfield, Silvestre o Felix.
Los gatos pueden ser hipnotizantes y sobretodo si se trata de los que dibujaba Louis Wain.


Louis Wain nace en 1860 en Inglaterra donde estudia arte en la West London School of Art.
Su talento era enorme y fue un ilustrador independiente, que trabajo para diferentes revistas, especializandose en animales y detallados dibujos del campo ingles. La idea de dedicarse por completo a retratos caninos por comisión cruzo por su mente.


Su esposa era 10 años mayor que el, algo bastante escandaloso para aquella época y muy en boga en la nuestra.  Lamentablemente Emily se enfermo de cáncer y para alegrar un poco su vida, Louis le enseñaba trucos a su gato para hacerla reír.  El gato sabia usar gafas y pretender que leía!


Es así como los gatos antropomórficos aparecen en su ya exitosa carrera freelance.  Wain ilustraba bajo el seudónimo de George Henri Thompson.




Con el tiempo, los gatos usaban ropa sofisticada y tenían muchísimas expresiones faciales.  Estos felinos aparecían en tarjetas, postales y afiches, muy apreciados en la Inglaterra victoriana.




Este es un artista muy prolífico que ilustro alrededor de 100 libros para niños.  Sus trabajos estaban en los periódicos, revistas y eran muy valorados por los coleccionistas.  










Sus gatos parodiaban con gracia y humor comportamientos humanos.




Como buen amante de los animales, no solo eran su inspiración, Louis hacia parte activa de sociedades que los protegían. 



 "I take a sketch-book to a restaurant, or other public place, and draw the people in their different positions as cats, getting as near to their human characteristics as possible. This gives me doubly nature, and these studies I think [to be] my best humorous work."



Sufrió de problemas financieros toda su vida porque tenia poca o ninguna aptitud para los negocios, y como si fuera poco, era el único hijo de una madre viuda y cinco hermanas que nunca se casaron.

Fácil de engañar, Wain, vendía sus dibujos sin negociar mejor precio y no se preocupaba por retener derechos de autor, por lo cual, fue muy explotado en el mundo de las editoriales.

En 1907 viajo a Nueva York, donde hizo tiras cómicas.  La ciudad admiraba su trabajo pero como el sentimiento no era reciproco fue blanco de odiosas criticas a su persona.





Con los bolsillos vacíos y la popularidad en caída libre, Louis Wain, regreso a Londres donde se encontró con la noticia de la muerte de su madre por gripe española.  

Considerado carismático pero raro, comenzó a perder la cordura, no siempre distinguía entre la realidad y la fantasía.  Al romperse su mente ya no podía comunicarse con claridad. Estaba convencido de que la pantalla del cine se robo la electricidad del cerebro de sus hermanas, ideas que solo puede tener un esquizofrénico a fin de cuentas!

Toxoplasmosis es una infección parasitaria que pueden trasmitir los gatos, y que eventualmente puede causar esquizofrenia, dicen los doctores.

Por violento y errante, sus hermanas lo encerraron en un hospital mental de mala muerte.  Louis cambio tres veces de hospitales, hasta poder alojarse en uno decente con jardín y gatos, gracias a colectas de sus poderosos, y no tanto, admiradores.  Paso sus últimos 15 allí, en Napsbury Hospital en Hertfordshire.  






Su mente cambio y el mundo también, pero el placer de dibujar no.  Sus obras se llenaron de trazos rápidos llenos de color y vida. Los gatos se rodearon de flores y complicados patrones.


En el hospital Luis Wain creo su impresionante serie de gatos caleidoscopio y no dejo el dibujo hasta el día de su muerte en 1939.


Puedo observar sus dibujos sin sentir cansancio ni aburrimiento, en ellos siempre hay algo nuevo por descubrir, como cuando miras a un gato, que aun no sabe que tienes tus ojos en el, mientras salta de un tejado a otro.  


Y me es fascinante la similitud de la firma de Louis Wain con la de Vincent Van Gogh, sin mencionar los colores, trazos y estancia en un hospital mental, donde sin prejuicios, fueron libres para escapar a su mundo y crear... indescifrables, misteriosos y solitarios!

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